Donna Karan, la reina de la moda neoyorquina

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Donna Ivy Faske nació el 9 de octubre de 1948 en Forest Hill, Nueva York, pero creció en Long Island junto a su madre, modelo, y su padrastro, sastre; por lo que desde pequeña tuvo una intensa relación con el mundo de la moda. Estudió en Parsons School of Design de Nueva York, y en el segundo año fue contratada por la diseñadora Anne Klein para que trabajara con ella, a cuyo lado permaneció hasta 1971, año en el cual fue nombrada socia de esta diseñadora, y dejó de mantener una relación de dependencia para trabajar a su par. En 1974 Anne Klein falleció y Donna fue llamada a ser su sucesora. Ese mismo año se caso con Mark Karan, tuvieron una hija a la que llamaron Gabby y en 1978 se divorció.

Animada por su segundo marido, Stephen Weiss, decidió crear su propia marca: Donna Karan New York. En 1985 salió al mercado su primera colección, cuyo estilo funcional, cómodo y sexy la lanzaron rápidamente al éxito.

En 1989 lanza DKNY. En la actualidad este es el gran pilar de la empresa. Se caracteriza por ser la línea más joven de la marca, con precios más accesibles y ropa para el día a día.

Donna Karan renunció como CEO en 1997, pero mantiene el título de jefa de diseño de la empresa que lleva su nombre y la mayoría de las acciones. Esto fue debido a las pérdidas de 14,7 millones de dólares que tuvo la empresa.

Con una visión totalmente moderna y funcional sobre el vestuario, el concepto de la línea de Karan está basado en sencillas piezas, donde los elementos trabajan juntos y se combinan para crear un armario completo, que abarca desde ropa de día hasta ropa de noche. Trabajo y placer en todas las estaciones.

Con tan sólo siete sencillas piezas, con elementos manejables e intercambiables, Donna es capaz de crear un set de piezas, que se complementan entre sí para adaptar el conjunto de ropa para cualquier necesidad. Materiales diversos como el cuero, cashmere, tejidos estrechos y moldeables. Formas que abrazan y esculpen el cuerpo, son símbolos del éxito que esta mujer ha alcanzado a lo largo de su trayectoria.

Esta diseñadora, la verdadera reina de la moda neoyorkina, fusiona la elegancia europea y el confort deportivo de la moda americana. Su fuente de inspiración es la ciudad de Nueva York y en sus creaciones personifica lo que ama de esta ciudad: su modernidad, su energía y su espíritu cosmopolita y abierto.